header_01.jpg

PALAZZO PUCCI

A lo largo de la Vía de Pucci destaca el Palazzo Pucci, construido por una histórica familia florentina que aún vive allí y que se ha distinguido por su papel en ámbito político, religioso, económico y el inteligente patrocinio de las artes.

El primero de la familia, Jacopo, llegó a Florencia desde los campos de Arezzo en el siglo XII y se instaló en el barrio de Santa Croce.

El escudo de la familia, compuesto de un moro con una banda blanca y tres martillos y la escritura “Candida Praecordia», no tiene un origen históricamente comprobado. Una idea las teorías es que Jacopo perteneció a la familia gibelina Saracini que se distinguió tanto en las guerras contra los sarracenos como para tomar su nombre. En contraposición con la familia de origen dejó el apellido y la ciudad de Arezzo y se convirtió en “guelfo”, inscribiéndose al arte de los carpinteros en Florencia donde, dada su estatura, fue apodado Jacopuccio y luego Puccio; así los hijos y nietos se convirtieron en los Pucci, todos inscritos a los carpinteros.

Una rama de la familia se trasladó a la parroquia de San Miguel Visdomini. Antonio Pucci, un miembro de las “Ocho de Guardias y de Balia” en 1412, fue el fundador de las cuatro ramas de esta parte de la familia que ha continuado hasta dejarnos en un futuro próximo rastros significativos en la vida pública de la ciudad.

Con Orazio Ruberto (1625-1697), embajador en Madrid, la rama principal obtuvo en 1662, por parte de Felipe IV de España, el título de Marqués de Barsento.

En 1748 Orazio Roberto Pucci (1730-1802) comenzó a trabajar, durante los cinco años siguientes, al frente de la Via dei Pucci, entre Via Ricasoli y Via dei Servi, convirtiéndose en un solo edificio.

Aunque en la actualidad la parte que hace esquina con Via Ricasoli pertenece a los descendientes del fallecido Emilio Pucci, que dejó a su hija Laudomia la herencia de la prestigiosa casa de moda que lleva su nombre, la parte del edificio en el centro de la fachada pertenece al Marqués Giannozzo Pucci, hijo del hermano de Emilio Pucci, «guardián» del archivo y las memorias de la familia. El patio, después de los muchos cambios que se han producido a lo largo de los siglos, ha sido restaurado por el Marqués Puccio Pucci en la segunda mitad del siglo XX, con un largo e inteligente trabajo que ideó para transformarlo en una galería comercial.

Desde los años 50 el Marqués Puccio, que ya preveía el futuro aumento de coches en Florencia, inició la transformación de los sótanos del edificio en un consistente parking al servicio de la ciudad.